saw cinderella in a party dress

No hay teoría, simplemente escucha. La fantasía es la ley.

¿Qué es el tiempo? Podemos definirlo, medirlo y cuantificarlo; pero no podemos hacer que vaya más deprisa, ni más despacio. ¿O sí podemos? Los momentos felices pasan más deprisa, mientras que en una tarde lluviosa de domingo, el reloj de golpe se detiene… se ha quedado sin pilas. El dueño del reloj del tiempo se ha quedado traspuesto y nos deja expectantes, aburridos, suspensos en un tiempo que ha parado a la espera de que cese de llover.

La fantasía es la ley.

Mientras escribo, escucho a Debussy… y un poco de The Killers. Porque hay reglas que están para romperlas. Rock y violín, piano y guitarra eléctrica… mix&match. Un poco de ayer, mucho de hoy y más que llegará mañana. Porque mañana, hoy será ayer y lo que hago hoy será historia y memoria, mientras que lo que hoy no hago será nada, oportunidad perdida en mi vida. Quizás las tardes de domingo se inventaron para ser melancólicas… Quizá los vestidos de novia nacieron para ser clásicos, y para hacernos soñar. Puede que no quiera crecer, puede que llore los 18 años que se escaparon… Puede que odie que los adolescentes sueñen con famosos que ya son más jóvenes que yo. Pero sin duda amo escribir mi propia historia, me gusta equivocarme y aprender, no dormir y restaurar mi cara al día siguiente a base de corrector. Y quiero llevar pronto un vestido de esos que hacen soñar… es lo bueno de hacerse grande.